Escribo este post a propósito del Día Mundial de la Diabetes, un día dedicado a concienciar sobre esta enfermedad que un alto porcentaje de la población mundial padece o está en riesgo de padecerla.
La diabetes será la séptima causa de mortalidad en 2030, según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante estas cifras alarmantes, quiero hablar de la DIABETES y su PREVENCIÓN a través de pequeños cambios que podemos hacer en nuestro día a día.
Primero vamos a entender ¿Qué es la insulina?
La insulina es una hormona que se produce a nivel del páncreas y que tiene la función de disminuir los niveles de azúcar en sangre, aumentando la captación del azúcar a nivel de tres tejidos principales:
Hígado: donde se almacena en forma de glucógeno, que es una forma de energía que utilizamos durante el ayuno, y también transformando esa azúcar a triglicéridos.
Músculo: donde también se almacena esa azúcar en forma de glucógeno y, adicionalmente, aumenta la síntesis de aminoácidos, que es la estructura principal del músculo.
Tejido adiposo: donde se almacena el azúcar como grasa, cuando ya los depósitos de hígado y músculo están copados.
¿Cómo la insulina realiza esta acción? La insulina tiene receptores específicos en los tres tejidos mencionados anteriormente, a los que se une para dar paso al azúcar desde el torrente sanguíneo a la célula, disminuyendo así los niveles de azúcar en sangre.
Ahora bien, esto que acabo de explicar es el escenario ideal en el que nuestro cuerpo funciona perfectamente. Sin embargo, no siempre es así.
Si somos sedentarios y tenemos una dieta poco saludable, limitamos la acción de la insulina a nivel celular, produciendo alteraciones en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y grasas. Esto es lo que se conoce como Resistencia a la Insulina (RI).
La Resistencia a la Insulina es altamente prevalente y se estima que aproximadamente un 35% de la población adulta occidental la presenta. Puede tener un componente genético pero factores asociados al estilo de vida son determinantes en su desarrollo.
Y es en este punto donde comienza la historia de dolor, porque ahora que el receptor no reconoce la insulina, el páncreas va a interpretar que falta insulina en el organismo, por lo que comienza a producir más insulina para intentar disminuir los niveles de azúcar en sangre, que es lo que se conoce como hiperinsulinismo.
Cuando esto sucede, se desencadenan en el cuerpo una serie de alteraciones: los receptores más afectados son los que están a nivel muscular, siendo este tejido el que se encarga de una parte importante del procesamiento de la glucosa. Mientras tanto, en el hígado la glucosa se va a seguir transformando en triglicéridos y, además, se van a comenzar a generar mayor cantidad de lipoproteínas de baja densidad o de colesterol malo (LDL) que está relacionado con la obstrucción de las arterias. No siendo suficiente todo esto, a nivel de tejido adiposo se va a seguir acumulando grasa visceral.
Y así van pasando los años con un páncreas trabajando en exceso, hasta que llega un momento en que comienza a cansarse y ya no es capaz de producir la insulina suficiente para contrarrestar los niveles de azúcar. Y es en ese momento cuando comenzamos a ver una leve alteración en los niveles de azúcar en sangre. No nos catalogan como diabéticos pero ya hay un riesgo elevado. En unos años, estas personas intolerantes a la glucosa se convertirán en diabéticos si no adoptan un estilo de vida saludable.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, generando un aumento de azúcar en sangre. Sus síntomas son:
- Orinar a menudo
- Sensación de sed
- Sentirse muy hambriento, aunque comas
- Fatiga extrema
- Visión borrosa
Como puedes ver, la diabetes no es una enfermedad que se desarrolle de un día para otro y que, posiblemente, estás padeciendo algunas de las alteraciones metabólicas y ni siquiera te has dado cuenta o te diste cuenta que tienes factores de riesgo que no sabías que están relacionados con esta enfermedad.
¿Cómo disminuir el riesgo de padecer diabetes o retrasar sus consecuencias?
La mejor manera de evitar las cascadas de eventos que se dan en nuestro cuerpo y que terminan en diabetes y un montón de enfermedades cardiometabólicas es a través de la PREVENCIÓN que se basa principalmente en la ALIMENTACIÓN Y ESTILO DE VIDA.
Sabemos que estas enfermedades tienen un componente genético pero es nuestro estilo de vida el detonante. De igual manera sabes que si ya has sido diagnosticado como diabético puedes revertir y regular por completo los niveles de azúcar.
Según la American Diabetes Association, el riesgo de diabetes se reduce en un 58%:
- Al perder 7% del peso corporal total (no tienes que perder todo el peso, ya con perder unas 10 libras obtendrás beneficios)
- Realizando ejercicio moderado como caminata rápida 30 minutos al día, cinco días a la semana
Que la mitad del plato sea vegetales - Escoger carbohidratos altos en fibra y de buena calidad como el arroz integral, avena, frijol, batata, papas, plátano (productos de la tierra, no procesados)
- Evitar el consumo de gaseosas, dulces y harinas refinadas
- Consumir grasas saludables como el aceite de oliva y semillas como las nueces, el maní
- Abandona el hábito de fumar
La diabetes son muchas enfermedades en una y en un alto porcentaje puede prevenirse o controlarse con los cambios de hábitos de vida.
La prevención es lo más importante, centrémonos en las causas y no en la enfermedad
Para complementar esta información te dejo un artículo que escribí hace un tiempo sobre Tips para mejorar la resistencia a la insulina y activar la pérdida de peso.